Es un depósito en el que se pone una substancia que atrae a las avispas que, al entremezclarse con agua, desprende un fragancia atractivísimo para ellos. Se emplea en el exterior, colgado de un árbol en una zona alejada del jardín, puesto que los insectos avizoran cerca de este aparato.
Se emplea para apresar avispas, abejorros, moscones y otros insectos voladores, que entran en el contenedor, mas no pueden regresar a salir. Por lo menos una vez a la semana se debe abrir, vaciar y adecentar, verificando que los insectos capturados estén fallecidos.