Es un químico tóxico en forma granular, de bloques o de pasta blanda. Se coloca dentro de un recipiente llamado cebo para evitar que sea alcanzable a niños o mascotas. Cada 3 o 4 días se debe revisar para reponer los cebos gastados.
Solía hacerlo erradicar todo tipo de roedores, ya sean ratas, ratones o topos. Funciona por ingestión, de manera que el animal es atraído y lo consume identificándolo con la comida. Tiene poder anticoagulante y hace efecto entre 4 y 5 días, por lo que el resto de ejemplares siguen comiendo sin detectar peligro.