Cubrir una superficie con esmalte para impulsar su apariencia o cambiar su color. Es un procedimiento artesanal que tiene cientos de años, cuyo fin es embellecer y mejorar diferentes objetos y darles color. Esta técnica se utiliza para proteger el hierro en exteriores, renovar bañeras, cambiar el aspecto de puertas y muebles en interiores, crear dibujos decorativos o realizar manualidades, entre otros usos.
La pintura utilizada se llama esmalte, la cual se fabrica con distinto composición, acrílica o sintética. Su acabado es opaco, por lo que cubre absolutamente la superficie. Existen varios métodos de aplicación del producto, como pulverizarlo con ayuda de una pistola o extenderlo con brocha o rodillo. Es necesario secar entre cuatro y seis horas en el caso de dar una segunda mano.