Es un sistema de purificación que tiene una membrana que retiene las impurezas en el agua, como exceso de productos químicos o mineralización excesiva. Contiene unos filtros que se cambian cada seis o doce meses, dependiendo de la limpieza del agua, mientras que la membrana se cambia cada uno o dos años.
Filtra y elimina todo tipo de suciedad, al mismo tiempo de olores, metales y nitratos. Durante su funcionamiento, el agua que llega de la red pasa por los filtros y reduce sustancias nocivas. Para terminar, la membrana elimina las pequeñas impurezas restantes.