es la acción de cubrir una superficie, un agujero, una fisura o cualquier daño con una pasta adecuada para arreglar cualquiera de los diferentes problemas a tratar.
Para llevarlo a cabo se prepara la base limpiando las zonas sueltas o dañadas y lijando manualmente o con maquinaria eléctrica. Próximo, se rellena la zona con la pasta seleccionada con llana o espátula. Si el fondo presenta daños importantes, es probable que se deba repetir el procedimiento tras un tiempo de secado de entre 4 o 6 horas, dependiendo del espesor de la pasta. Por último, se utiliza una imprimación adecuada para fraguar y sellar antes de proceder a pintar.