Es la acción de extraer algún tipo de residuo o suciedad del lugar donde se han atascado. Este es el caso cuando una tubería o tubería no posibilita que el agua fluya libremente y se ve afectado su uso normal.
Existen diversas formas según la zona a trabajar y la gravedad del problema ocasionado. Se puede realizar de forma manual, usando herramientas adecuadas para cada ocasión, como bombas de charco, resortes de émbolo, limpiapipas y otros, siendo su función romper o absorber la suciedad que obstruye el conducto. Otra alternativa son las productos químicos, que por su agresividad se disuelven y hacen desaparecer el foco del problema. Para este caso, es recomendable no abusar de su uso, puesto que pueden dañar el material con el que están en contacto.