Acción de añadir cloro a un líquido, como el agua. Por servirnos de un ejemplo, el agua de un embalse se trata con este producto para potabilizarla. O se le pone cloro al agua de la piscina para eludir que se corrompa y se creen microalgas que la enturbien.
El cloro en forma líquida se emplea para el agua destinada al consumo humano. En forma de comprimidos o gránulos, es válido para mantenimiento de piscinas. Los comprimidos se ponen en la cesta del skimmer o en un dosificador flotante en el agua a fin de que se disuelvan de forma lenta. Los gránulos se disuelven en agua y se agregan a la piscina, mejor al final del día, cuando hayan terminado los baños. Este género de cloro puede ser veloz, de efecto inmediato para recobrar aguas estropeadas, o lento, para mantenimiento en un largo plazo.