es la acción de quitar una planta del sitio donde se encuentra enraizada y regresar a plantarlo en otro sitio. El mejor instante para hacer esto es en la primavera, cuando las plantas se despiertan de la inactividad invernal y aprecian que se les dé más espacio para sus raíces y tierra nueva con un suministro de nutrientes.
Es recomendable pasar de la maceta a un recipiente más grande cada 1 o dos años conforme tamaño y agua en abudancia tras la operación. Para realizarlo se extrae la planta así como su cepellón, se pone una base de sustrato en la maceta nueva, se pone la planta y se rellenan los huecos con sustrato presionando suavemente para compactarlo.