Este es el nombre popular que se le da a la pistola de gas utilizada en la soldadura. Por ella sale el fuego, una vez encendido el gas, con el que se produce el calor que funde la aleación metálica respectivo. En la actualidad, el butano y el gas propano, al mismo tiempo del acetileno o el hidrógeno, son los combustibles más utilizados, aún cuando en el pasado se utilizaban otros, como el queroseno, a modo de ejemplo.
Las pistolas disponen una pequeña rueda para regular la intensidad de la llama. Existen kits de soplete compuestos por la pistola o soplete, una manguera por donde pasa el gas y un cilindro de mayor o menor tamaño, según la tarea a realizar.
Los sopletes más utilizados en trabajos de fontanería para soldadura blanda son los de tipo linterna o cartucho, en los que la pistola se acopla de forma directa al cartucho de gas. Las antorchas más modernas disponen un dispositivo de encendido piezoeléctrico, por lo que no necesitan otra llama para encender el gas.