Es un elemento decorativo que se pone al final de una lámpara, ya sea de suspensión, de sobremesa o aun de pie. Sirve como elemento ornamental y para ocultar la bombilla. Así, filtra la luz y no deslumbra.
El material acostumbra a ser lona. No obstante, asimismo existen en plástico y se hallan en diferentes tamaños y geometrías, como cuadrada, circular u ovalada. Se pueden instalar tanto en lámparas de casquillo fino como grueso, ya que disponen de adaptadores. La manera de ponerlo es sencillísima, ya que cada tapón consta de una pieza redonda que se enrosca sobre él y de este modo la pantalla queda absolutamente unida.