Es un género de mortero que se hace mezclando a mano o en hormigonera. Popularmente conocido en la jerga de la albañilería como mortero bastardo, es heredero de los tradicionales morteros de cal que se usaban para el enlucido de paredes exteriores. Por sus peculiaridades, es durísimo e impermeabilizante, debido a las propiedades concretas de la cal. Es muy usado para rellenar juntas entre ladrillos cara vista o entre muros de piedra natural.
La mezcla estándar de este mortero es: 3 unas partes de arena fina, parte de cemento blanco y media una parte de cal (hidróxido de calcio o NHL tres con cinco). El hidróxido se vende en sacos de más o menos quince kilogramos. Conforme el tipo y color del suelo se logra un tono final de color u otro. El cemento blanco y la cal acostumbran a lograr un acabado muy blanco, por lo que si se quieren lograr otros tonos, amarillentos por servirnos de un ejemplo, hay que emplear más arenas cobrizos o tintes tipo albero o naturales, hasta lograr el color deseado. Siempre y en todo momento se debe sostener exactamente la misma proporción para obtener exactamente el mismo color en mezclas consecutivas.