Acción de identificar un área o un objeto a través de un signo para poder distinguirlo del resto, o para servir de guía en una instalación ya antes de perforar.
Los marcadores pueden ser dos tipos: los que deformar la superficie a identificar a través de rascado o punzonado del mismo, y los que pintan en ella añadiendo alguna substancia colorante. Los primeros se requieren, especialmente, en trabajos de carpintería y albañilería; Existen rotuladores concretos para madera, azulejos, juntas, etc. Al contrario, el segundo tipo se identifica por su versatilidad: son válidos para prácticamente cualquier campo del bricolaje.