Malla formada por varillas de acero de entre cuatro y seis mm, electrosoldadas entre sí y formando cuadrados del mismo tamaño, de forma general de quince x quince o veinte x veinte cm. Un tamaño de malla estándar es de seis x dos con dos m; Debido a su flexibilidad, se puede enrollar, lo que facilita el transporte. La malla se corta de manera fácil con una mini amoladora y disco de metal o con cizallas.
Se emplea para fortalecer estructuras de hormigón, haciéndolo así reforzado y está singularmente indicado para suelos, sean o no transitables. Fortalecen el hormigón y evitan grietas. La malla se pone promediada sobre el espesor del hormigón, por lo que debe calzarse con espaciadores para eludir que toque el suelo. Si el suelo es de diez cm, la malla se incrustará a unos cinco cm del suelo.