Es una preparación previa y específica para el pintado de superficies no porosas, como baldosas, PVC o melamina. Facilita el agarre de la pintura. y por tanto su resistencia. Además mejora el acabado proporcionando un color más uniforme, evitando así la necesidad de aplicar múltiples capas de pintura final.
La superficie primero debe limpiarse y desengrasarse con acetona. Después, se aplican dos manos de forma directa, sin necesidad de diluir, con brocha o rodillo de espuma. El producto debe distribuirse uniformemente pero sin sobrecargar. Lo mejor es aplicar capas finas y dejar secar seis horas entre capa y capa.