es el acción de tirar de malas hierbas de la huerta, de un cultivo o plantado. Cuando proceden de macetas o jardineras, se arrancan manualmente, intentando quitar además las raíces para evitar que se reproduzcan. Al momento de limpiar las de jardín, utiliza un rastrillo o una azada.
El procedimiento está hecho con tierra húmeda. Hay que profundizar para extraer raíces y rizomas, y es factible usar un pulverizador con herbicida total para secar las plantas y arrancarlas más fácilmente. Esta tarea debe realizarse periódicamente para evitar que florezcan malas hierbas indeseables que absorban el agua de riego y los nutrientes del cultivo.