Es la acción por la que pule un objeto, singularmente piedras o metales. Esta se puede efectuar de forma manual o eléctrica en dos fases, una primera limpieza y una segunda pulimentación o abrillantado. Para los dos se precisan productos como pastas o líquidos para adecentar y pulimentar.
Para abrillantado manual la pieza se frota con un paño de microfibra con los productos citados. Para hacerlo mecánicamente, un pulidora eléctrica o accesorios para taladros o amoladoras que amoldan piezas de algodón prensado que trabajan la superficie.